La madrugada del martes 8 de julio, el gobierno ecuatoriano intervino dos canales de televisión, pertenecientes a dos ex banqueros prófugos de la justicia, por la quiebra de Filanbanco. Además una radio fue clausurada por el Estado este martes, en acciones que causaron la renuncia de un ministro y que, a juicio de opositores y gremios del sector, amordazan a la prensa.Las instalaciones de Gamavisión y TC Televisión, dos de las estaciones de señal abierta más populares del país, fueron ocupadas por la policía por órdenes de Agencia de Garantía de Depósitos, AGD. Según informa el periódico El Mercurio de Ecuador, la AGD tomó la decisión dentro del proceso de embargo de 195 bienes de los hermanos William y Roberto Isaías.
Paralelamente, la Superintendencia de Telecomunicaciones cerró este martes a Radio Sucre en Guayaquil por supuestamente no cumplir con los requisitos para la renovación de su licencia.
Radio Sucre había sido muy criticada en las últimas horas por el presidente Correa por la decisión de la emisora de convocar a una marcha contra la inseguridad.
El órgano interventor designó administradores temporales para los canales, que continuaron emitiendo la señal aunque sus espacios informativos de la mañana no fueron transmitidos.
Resistencia al atropelloPor su parte, los trabajadores se aglomeraron en los pasillos y azoteas de los medios para exigir estabilidad laboral. En la fachada de Gamavisión pendían carteles con un "S.O.S. libertad de expresión" o con letreros en que se leía "Tenemos familia, queremos trabajo".
Para la autoridades ecuatorianas la incautación de bienes “no vulnera ningún derecho laboral ni paraliza ninguna de las empresas en cuestión y el Estado ecuatoriano les garantiza seguridad y estabilidad".
Sin embargo, según testimonios de personal en ambas estaciones, los trabajadores han dejado sus oficinas a la espera que se aclare la situación, dado que no confían en la palabra oficial. Estos últimos exigen saber si la nueva administración interventora los mantendrá en sus cargos.
El presidente Rafael Correa conoció la resolución de la AGD el lunes en una reunión con varias autoridades, al término de la cual el ministro de Economía, Fausto Ortiz, presentó su renuncia luego de oponerse y discutir acaloradamente con el mandatario por el procedimiento. Cabe destacar que hace pocos días el presidente Correa prometió que no intervendrían estas empresas.
Inminente CensuraQueda más que claro, que Rafael Correa es un aliado fundamental de Hugo Chávez en la región, como quedó demostrado en la postura adoptada frente a las Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia (FARC).
El fantasma de la censura, empieza a sobrevolar a la administración ecuatoriana y
algunos representantes de los medios de comunicación ecuatorianos se animan a comparar lo ocurrido en la República Bolivariana de Venezuela en 2006 con Radio Caracas TV, cuando Chávez no renovó la licencia por ser un medio crítico con el Gobierno.
El presidente de Gamavisión, Álvaro Dassum, dijo a la prensa que su estación no pertenece al grupo Isaías y aseguró que "el Gobierno quiere callar a medios de comunicación que se han dedicado a decir la verdad".
El director de información de Gamavisión, Wilson Moposita, aseguró que la intervención "no tiene explicación lógica" y afirmó que es parte de lo que define como la actitud beligerante del presidente Correa con los medios.
“Correa ha tenido una actitud hostil contra los medios de comunicación. Dice que los medios manipulan. Ha sacado a periodistas de ruedas de prensa cuando cree que las preguntas que le hacen no están acordes con la verdad que él maneja", afirmó Moposita, quien negó que su canal tenga una línea editorial antigubernamental.
Moposita calificó la medida de atropello y aseguró que el proceso legal contra Filanbanco no ha concluido por lo que "no hay fallo judicial que avale ese atropello".
Por su parte, el subdirector del diario El Universo, Emilio Palacios, adhiriendo al reclamo opinó que la incautación "es una medida totalmente arbitraria" tomada por el gobierno para "amordazar a los medios que puedan dar cabida a voces críticas" en vísperas de la campaña electoral.
Malas relacionesLos vínculos entre la prensa y el presidente Correa han sido tensos desde que este llegara al poder en enero de 2007.
El gobierno asegura que los medios son parte de lo que llama la oligarquía que controló al país en las últimas décadas y que por tanto se oponen a su proyecto político que el presidente define como socialista.
Correa afirma que los intereses empresariales marcan la pauta de la prensa que cuestiona la "vocación popular" y "nacionalista" de su gestión.